Tomar el postre es a día de hoy una costumbre, la parte final de cualquier comida o cena diaria. Los romanos fueron los que comenzaron a tomar el “secundae mesae”, el postre de nuestros días.
Tomar el postre es a día de hoy una costumbre muy arraigada en nuestra cultura gastronómica. Acabar una buena comida o una cena en un restaurante pidiendo la carta de postres es algo habitual, lo mismo que terminar de comer en casa con fruta o algo dulce. Pero muy pocos saben de dónde viene esa costumbre.
Hace 8.000 años en la zona de Nueva Guinea ya se masticaba la caña de azúcar por su sabor agradable. Su cultivo se extendió a China e India y allí comenzaron a utilizar la miel de caña para elaborar dulces. Hay datos que indican que el dulce más antiguo es la tarta de queso. En el año 776 a.C los atletas griegos que participaron en los primeros Juegos Olímpicos probaron este manjar.
Pero la versión más extendida es que fue durante el Imperio Romano cuando se introdujo la tradición de tomar el postre. Los festines gastronómicos romanos se componían de innumerables platos y era habitual durante esos banquetes, tomar algo dulce entre plato y plato salado. Estos dulces que servían de puente se componían, sobre todo, de frutas y panes con levadura y miel. Esta costumbre ha llegado a nuestros días, reduciéndose, a un único plato dulce en cada comida, denominado por los romanos como ‘secundae mesae’ y postre por nosotros.
Hoy en día es muy habitual “dejarse un hueco en el estómago” para el postre, el dulce que nos da la vida. En Restaurante Cala Fornells es difícil decir “no” a algunos de nuestros postres caseros: tiramisú clásico, flan de queso, tarta de queso con galleta oreo, torrijas, semiesfera de chocolate, tarta de manzana con helado de vainilla, y los postres más mallorquines, pudding de ensaimada y gató con cobertura de naranja.
En el Restaurante Cala Fornells unimos saber y sabor, para que disfrutes como nunca lo sabores de siempre.
